Marcos Rafael Cañas Pelayo
Una némesis para Conan el Bárbaro: Thoth-Amón
Conan the Barbarian´s Nemesis: Thoth-Amon
Doctor Europeo Universidad de Córdoba. Profesor de Geografía e Historia en el IES Grupo Cántico
RESUMEN
El hechicero malvado es una figura común en la fantasía heroica, muy ligada a los protagonistas de este subgénero. Dentro del mundo ficcional de espada y brujería, existen pocos escritores que hayan alcanzado el éxito en sus historias como Robert E. Howard, creador de Conan el Bárbaro. Iconopopular influenciado por elterrorlovecraftiano y la Antigüedad, Conan se ha convertido en uno de los personajes más reconocibles para el gran público desde sus primeras apariciones pulp hasta una amplia variedad de medios. De entre centenares de antagonistas, Thoth-Amón, elbrujo de Estigia, es la némesis de Conan. Este artículo busca analizar la evolución de Thoth-Amón, explorandocómo su importancia ha ido más allá de los clichés conceptuales básicos de la brujería en la literatura fantástica.
PALABRAS CLAVE: Espada y brujería, Fantasía heroica, Lovecraftiano, Némesis, Nigromante.
ABSTRACT
The evil wizard is a frequentfigure in the heroic fantasy that seems closely related to the main characters of this subgenre. There are few artists who have managed to write so successfully within the fiction world of the fantasy world of sword and sorcery stories as Robert E. Howard, creator of Conan the Barbarian. An icon of popular culture shaped by a mixture Lovecraftian horror and ancienthistory, Conan has become one of the most popular characters from his first appearances in Pulp magazines to a wide range of mass media. Among hundreds of antagonistic figures, Thoth Amon, Stygia´ssorcerer, is Conan´s nemesis. This article aims to analyse Thoth-Amon´s evolution and exploring in depth how his importance has gone beyond the clichéd conception of witchcraft in fantasy literature.
KEYWORDS: Sword and sorcery, Heroic fantasy, Lovecraftian, Nemesis, Necromancer
Introducción
«Escucha, mi señor. Allá en el sur, yo era un gran hechicero. Los hombres hablaban de Thoth-Amón como hablan de Rammón. El rey Ctesphon de Estigia me hizo un gran honor, degradó a los magos de altos puestos para exaltarme a mí sobre ellos. Ellos me odiaban, pero me tenían miedo, pues yo controlaba seres del más allá que acudían a mi llamada y obedecían mis órdenes. ¡Por Set, mis enemigos no sabían a qué hora despertarían a medianoche y sentirían en su garganta las garras de un horror innombrable! Practiqué magia negra y terrible con el Anillo de la Serpiente de Set, que encontré a una legua bajo tierra, en una tumba oscura y ya olvidada antes de que el primer hombre saliera arrastrándose del viscoso mar. Pero un ladrón robó el Anillo y cesó mi poder» (Fernández, 2012: 78)
Pese a que su carrera literaria profesional apenas sobrepasó una década de actividad, Robert Erwin Howard logró establecer unos personajes icónicos dentro del campo de la fantasía heroica. Especialmente, en el marco que los estudiosos han definido como espada y brujería.
Nuestro fragmento seleccionado proviene del relato El fénix en la espada, el cual fue publicado originalmente por la revista Weird Talesen 1932, donde Howard fue uno de los autores principales, junto con escritores de la talla de Howard Phillips Lovecraft o Clark Ashton Smith, entre otros. La traducción de Javier Fernández es una de las más respetuosas con el estilo de este creador, cuyos textos resultan alterados en ediciones anteriores (Fernández, 2012: 31).
El parlamento es la presentación de Thoth-Amón, villano responsable de la invocación de una poderosa criatura infernal que terminará intentando acabar con la vida del protagonista: Conan, rey de Aquilonia. Dicha estructura narrativa es frecuente en los relatos deWeird Tales: «El tipo más clásico de brujo en Howard es el hechicero añoso, maligno, arcano, de aspecto sombrío, saberes temibles y designios siniestros» (Arsenal, 1999: 33); con todo, los especialistas subrayan algunas peculiaridades en este antagonista que enriquecen el modelo de brujo en estas narraciones (Arsenal, 1999:33-35).
Mientras que la gran mayoría de antagonistas de las aventuras de Conan son arquetipos y podrían ser intercambiables en sus funciones de un relato a otro, Howard sí configura a algunos opositores con un mayor trasfondo, incluso a través de las referencias históricas. Por ejemplo, el príncipe turanio Yezdigerd, destinado a tener una enemistad de años con el cimmerio, debe su nombre a diferentes monarcas sasánidas, mientras que su ejército imperial referencia a la expansión otomana durante la Edad Moderna. Por su lado, Thoth-Amón es la mezcla de dos deidades del antiguo Egipto: Tot y Amón (Arsenal, 1999: 203).
Dependiendo de las traducciones o ediciones manejadas, Thoth-Amón puede aparecer asimismo como Thoth-Amon, Thoth-amon o Tot-Amon, entre otras fórmulas debatidas por estudiosos de la trayectoria de Howard como Rusty Burke, Patrice Louinet o Glen Lord(Fernández, 2012: 366-367). En aras de una lectura más cómoda, durante nuestro artículo siempre usaremos Thoth-Amón.
Si bien terminaría siendo considerado el gran rival del héroe, el nigromante estigio presenta una andadura azarosa. Howard solamente le utilizó en tres ocasiones, por lo que fueron sus sucesores quienes perpetuaron la imagen de Thoth-Amón como némesis incuestionable de Conan.
Sin embargo, a través del presente artículo, pretendemos demostrar que desde el primer relato en el que lo insertó Howard, este personaje poseía los suficientes rasgos singulares para escapar del tópico alrededor del hechicero clásico.
El influjo de Thoth-Amón llega hasta nuestros días, adecuado con modificaciones, malinterpretado o enriquecido, siendo un testimonio del potencial del mundo fantástico de la espada y brujería en el mundo transmedia.
El hechicero en la fantasía heroica de Howard
Una de las dificultades que hallamos para analizar el universo ficticio de un personaje como Conan el Bárbaro es su presencia en distintos medios narrativos (Sammon, 2007). Monografías sobre su figura destacan entre las principales fuentes de inspiración de Robert E. Howard las grandes sagas épicas, diferentes mitologías y las tradiciones folclóricas que él lleva a su ficción (Barrero, 2011). Igual que sucede con Solomon Kane o Kull de Valusia, Conan comparte con otras figuras heroicas de su creador una constante lucha frente a lo sobrenatural. Aunque sea un término controvertido y debatible, podríamos definir la fantasía heroica como un género que combina elementos de los cuentos de hadas y la épica. De las primeras toma figuras como las brujas, los trolls y otros elementos, mientras que en las segundas obtiene características de las epopeyas o romances(Barrero, 2011: 14-21).
De esa combinación surge un espacio que no corresponde con el mundo real, pero la fantasía heroica se ambienta en universos que resultan verosímiles y obedecen una lógica interna. Cuando el/la protagonista de estos relatos debe medirse con problemas surgidos de la hechicería, sobreponiéndose en base a esfuerzo y coraje, estamos dentro de lo que se denomina espada y brujería, bautizada por Fritz Leiber(Fernández, 2012: 17-18). Sería, por tanto, distinto de la alta fantasía, donde el protagonismo es más coral; por ejemplo, la literatura de Tolkien.
El hechicero o brujo suele encarnar a la fuerza malévola en los relatos de espada y brujería. Una muestra la hallamos a finales de 1929, cuando Robert E. Howard publica en Weird Tales una historia de uno de sus héroes, Kull, frente al hechicero atlante Kathulos(Sprague de Camp, 2005: 203).
El tratamiento de los villanos en la literatura fantástica de Howard dista de ser complejo. Suelen responder a impulsos como la venganza, crueldad y bajos sentimientos, pretendiendo el autor que el público no empatice con sus intenciones en ningún pasaje de los relatos(Arsenal, 1999: 30-31). Antes que el combate físico, esto brujos optan por invocar malignas criaturas que les permitan alcanzar sus objetivos. Estudios críticos como los de Sylvia Bennett o Robert Bloch han considerado que esta fórmula se repite excesivamente en Howard (Sprague de Camp, 2005: 249).
Las narraciones de espada y brujería pueden caer con facilidad en esquemas bastante rígidos que limiten los perfiles de sus personajes. No obstante, la propia evolución marca que haya un fuerte eclecticismo e influencias. De hecho, se aprecia que estos dos modelos de fantasía pueden mezclarse con géneros como la ciencia ficción para producir modelos mixtos(Barrero, 2011: 24).
Un perfecto exponente de ello es la propia trayectoria de Howard. Estudioso de los textos de capa y espada (Lalanda, 1983), también profundizó en la literatura gótica, cuya forma de explorar los miedos más latentes de la humanidad le serviría de soporte para incorporar elementos terroríficos. Asimismo, dentro del género fantástico (Lalanda, 2009), buscó emular las ágiles narraciones que hallamos en Algernon Blackwood y Edgar Rice Burroughs.
Asimismo, las narraciones de origen gaélico y con componentes lúgubres fueron una herencia transmitida por su abuela paterna, Elizabeth Howard,según se rememora en el estudio Dark Valley (Sprague de Camp, 2005: 89). Dicha biografía ha sido acusada de tender a novelizar algunos acontecimientos de la vida de Howard y simplificar las causas de su suicidio, mejor analizadas en otras fuentes (Novalyne, 1986).
Entre sus colegas, Howard prestó una particular atención a dos compañeros en Weird Tales: las atmósferas oscuras y lúgubres de Clark Ashton Smith, junto con la capacidad de Lovecraft para transmitir el terror sobrenatural a través de su prosa: «La emoción más antigua y poderosa de la humanidad» (Lovecraft, 2017). Para obtenerla, el nigromante era el personaje idóneo en sus relatos. Howard mantuvo un fecundo intercambio epistolar con Lovecraft, centrado en literatura (Santos, 1996: 135) y las antiguas civilizaciones (Sprague de Camp, 2005: 261-265).
El eco de esas sociedades atávicas sería uno de los motores que enriquecerían el universo de Conan el Bárbaro. Por ello, para entender correctamente el antagonismo que ejemplificarían Conan y Thoth-Amón desde su primer relato conjunto hemos de teorizar desde la perspectiva narratológica (Álvarez Méndez, 2003: 540-570) sobre el espacio y tiempo que comparten: la Edad Hiboria.
La Edad Hiboria: Cimmeria y Estigia de Robert E. Howard
Una gran masa continental sin excesivos relieves costeros. Howard ubica a sus personajes de fantasía heroica alrededor del mundo hiborio (Arsenal, 1999: 81), época protohistórica. De hecho, buscó establecer semejanzas con algunas de las civilizaciones más reconocibles de la Antigüedad.
Las percepciones de Howard sobre el auge y caída de las civilizaciones eran fruto de su tiempo, deudoras de un darwinismo social afortunadamente superado, algo que generó debate desde la década de los 70 del pasado siglo, cuando el editor Donald M. Grant recuperó buena parte de sus trabajos, pero alterando algunos de los contenidos para acercarlos a un modelo de mayor corrección política (Fernández, 2012: 11).
Mientras que el escritor muestra fascinación por la Selva Picta o la norteña Vanaheim, las cuales beben de las tribus escocesas y el mundo vikingo respectivamente (Santos, 1996: 10), Estigia es presentada como una civilización oculta.
John D. Clark y P. Schuyler Miller, aficionados a la literatura fantástica, decidieron trazar un mapa sobre la Edad Hiboria, el mundo salvaje y de temperaturas extremas. Si Cimmeria, lugar del nacimiento de Conan, es una tierra norteña y fría, donde su población se curte en labores propias de la guerra, Estigia es un lugar al sur plagado de arenas y donde los principales conocimientos se custodian en pergaminos (Sprague de Camp, 2005: 21). Es allí donde surge la figura del hechicero Thoth-Amón.
Previamente al relato El fénix en la espada, Howard determinó las lacedemonias condiciones de la cuna de su futuro héroe en el poema Cimmeria, descripción de una tierra boscosa y lúgubre, destinada a ser el lugar de origen del protagonista (Fernández, 2012: 18).Este espacio es descrito de una forma muy similar a la tierra entre nieblas que vislumbraba Ulises en La Odisea (Segalá y Estalella, 2019: 217).
Howard coloca a los cimmerios como descendientes de los atlantes(Arsenal, 1999: 91). Solamente rinden pleitesía a una deidad enigmática de las montañas, Crom, una referencia clara de Howard al ídolo irlandés Cruach, culto pagano y que finalmente fue reemplazado por el cristiano San Patricio.
La gestación del mundo hiborio por parte de Howard ha generado muchas investigaciones, sobresaliendo especialistas como Patrice Louinet (2005: 379-380). Resulta fácil identificar los referentes en cada uno de los enclaves de este universo. Por ejemplo,Hyrkania se inspira en la persa Hircania (Fernández, 2012: 57). Por su lado, Set es el gran poder divino en la cúspide del panteón estigio (Santos, 1996: 95),el cual es politeísta e inspirado en la religión del antiguo Egipto.Esta fórmula es frecuente en el escritor cuando debe diseñar las religiones hiborias. En ocasiones, los toma directamente, tal y como ocurre con el dios solar asiático Mitra(Arsenal, 1999: 46). Su Set difiere de su colega egipcio. Howard vincula su forma a la de una serpiente, mientras que el del río Nilo era reverenciado por ir asociado a fenómenos como la sequía.
Estigia está caracterizada como un territorio donde son frecuentes las misteriosas y monstruosas formas que se mueven aprovechando las sombras de las tumbas. En su poema Cimmeria, primera alusión a la tierra de Conan, se detectan en Howard referencias al historiador Plutarco, célebre por su obra Vidas paralelas, donde comparaba la trayectoria de grandes personajes de la Antigüedad. Para su Estigia, Stygiaen el original, es el empleo de un gentilicio con asociaciones al inframundo (Fernández, 2012: 365-367).
Si el Nilo marcaba la vida del antiguo Egipto, la Estigia howardiana debe su nombre al curso del río Styx, el cual la atraviesa, recordando con su nombre al mítico lago surcado por Caronte en la cultura helena (Santos, 1996: 67).
Las serpientes son vistas como animales de malignos designios en el universo hiborio, salvo en el caso de Estigia. Eso también ocurría en Egipto, pero con importantes matices, puesto que los ofidios eran considerados criaturas de carácter sagrado y beatíficas. Howard, por el contrario, refleja aquí su herencia judeo-cristiana, atribuyéndoles una connotación malévola(Cirlot, 1996: 406).
Pese que alcanzó su máxima expresión con Conan, hay un claro precedente dentro de la producción de Howard que marca todas las pautas del simbolismo de la serpiente en la espada y brujería: nuevamente, con Kull, quien comparte espacio geográfico con Conan, solamente que muchos siglos antes. Sus similitudes en el tratamiento son evidentes:dos guerreros bárbaros que alcanzan la corona. Publicadas sus aventuras a partir de 1929, entre los adversarios al monarca Kull, sobresale una raza prehumana cuya anatomía presenta cabezas de forma reptiliana: los hombres serpiente(Calderón, 2008: 98-133).
Kull tiene una referencia histórica en los líderes que surgieron durante el desmantelamiento del Imperio Romano, tildados de bárbaros por las fuentes grecolatinas. Alcanzar la condición de monarca a través de la meritocracia bélica y la versión idealizada del guerrero venido de tierras indómitas es clave en Howard (Clute y Grant, 1997: 481). Por ejemplo, el caudillo de los hérulos, Odoacro, fue uno de los referentes del escritor para crear a sus soberanos ascendidos por acciones guerreras (Sprague de Camp, 2005: 199-200).
Precisamente a través de un relato inédito de Kull, This Axe I Rule!, Howard realiza una serie de cambios tras ser rechazado el manuscrito por la revista Argosy, cambiando el color de ojos del protagonista a un tono azul: es el primer rasgo del futuro Conan(Howard, 2003: 46). La reescritura llevó a El fénix en la espada, donde Conan demostraría poseer todas las características para conectar con el gran público (Fernández, 2012: 9-10):
«Puede parecer fantástico enlazar el término realismo con Conan; pero de hecho (sus aventuras sobrenaturales aparte) es el personaje más realista que jamás he creado. Es simplemente la combinación de una serie de hombre que he conocido, y creo que eso es el por qué parecía caminar en el fondo de mi subconsciente cuando escribí el primer cuento de la serie. Algunos mecanismos internos en mi subconsciencia a las características dominantes de varios boxeadores profesionales, pistoleros, contrabandistas, matones del petróleo, jugadores y honestos trabajadores con los que he tenido contacto, y combinándolo todo, produje la amalgama que llamo Conan el Cimmerio» (Sprague de Camp, 2005: 20).
En este testimonio que rescatamos, se observan muchos de los rasgos de la personalidad del escritor nacido en la texana Cross Plains. Durante su juventud, su familia tuvo que mudarse de manera constante, algo que le hizo interesarse por la narrativa de frontera. Por influencia materna, el autor heredó una vocación por la poesía, rasgo ya visible en El fénix en la espada, donde proliferan los versos híbridos y superpuestos.De la autoconfianza paterna, el doctor Isaac Mordecai Howard (Sprague de Camp, 2005:52-53), trasladó algunos rasgos al cimmerio. Conan vendría a ser un ideal inalcanzable. Tevis Clyde Smith, su primer editor, lamentaba la fuerte tendencia a la depresión que terminó conduciéndole al suicidio. Paradójicamente, Conan, cuyo nombre proviene de inspiración en la cultura celta y algunos duques de la Britania medieval (Sprague de Camp, 2005: 17), no se vio privado de esa melancolía.
Si bien es un detalle que ha pasado desapercibido, esa añoranza es visible también en Thoth-Amón desde El fénix en la espada. «Hubo un tiempo-dijo con evidente amargura- en que yo también tenía mis ambiciones, frente a las cuales las tuyas parecen vulgares e infantiles. ¡Que bajo he caído!» (Fernández, 2012: 70-71). Mientras el guerrero bárbaro añora sus días más sencillos como aventurero, el nigromante estigio, lejos de ser presentado en la cúspide de su poder como mandarían los cánones al principio de una historia de espada y brujería, está forzado a la esclavitud de unos ambiciosos cortesanos aquilonios que quieren desembarazarse de su nuevo monarca. El desencanto es su denominador común (Martín Lalanda, 2005: 138-143).
Buscando elementos del terror clásico, Thoth-Amón es descrito con los ojos enrojecidos que literariamente van asociados a los vampiros (Fernández, 2012: 81).¿Qué ha llevado a un personaje que fue el brazo derecho del monarca Ctesphon de Estigia a tan humillantes condiciones? Howard no da excesivos detalles, pero el brujo confesará a Dion, el títere noble al que Ascalante quiere utilizar como reemplazo de Conan para gobernar en su nombre, que perdió su Anillo de Set, la fuente mágica de su poder, añadiendo el detalle que el intrigante Ascalante tiene el apoyo de un ermitaño en el sur que está dispuesto a abrir un documento sellado que causaría la ruina de Thoth-Amón por todos los rincones de su patria. Esa particular condición le lleva a mostrar un humor sarcástico y elaborar discursos más propios de un estadista que del hechicero típico (Arsenal, 1999: 25-36).
Es forzado por los conspiradores a invocar un monstruo que termine con la vida del rey. En sus primeros borradores, Howard incluso garabatea el nombre Cthulhu, clara referencia al terror lovecraftiano(Fernández, 2012: 368).
Resulta cuestionable la concepción de algunos especialistas con respecto a que Howard no habría utilizado nuevamente a Thoth-Amón. En junio de 1934, Weird Tales publicó El morador del anillo, donde el escritor narra una historia enmarcada en el universo ficticio de seres monstruosos que Lovecraft había diseñado. Entre otros objetos y reliquias del pasado remoto, se describe al Anillo Negro de Set, señalando a Thoth-Amón como su más célebre portador (Santos, 1996: 100-101).
Un objeto que proporciona un gran poder y que es hurtado a su más afamado propietario de forma ignominiosa. La conexión resulta clara con uno de los autores fundamentales de la alta fantasía, Tolkien y su saga épica de la Tierra Media (Shippey, 2002: 101-102). La simbología del ciclo del Anillo como elemento mágico es una constante desde la célebre obra maestra de Richard Wagner(Scruton, 2019).
Durante la narración de El fénix en la espada, Thoth-Amón es el único de los antagonistas que logra sobrevivir. En realidad, ni siquiera debe esperar a que se resuelva el frustrado golpe de estado. De forma descuidada, el ingenuo Dion apenas escucha los lamentos del esclavo estigio, prestando solamente atención cuando habla de su mágico anillo perdido. En este punto, Howard fuerza la situación para provocar un deux ex machina cuando Dion le enseña el poderoso objeto, el cual adquirió sin ser consciente de su potencial. Thoth-Amón le asesina con facilidad e invoca un monstruo para que se vengue en su nombre de Ascalante, recibiendo instrucciones de aniquilar a cualquiera que se interponga (Arsenal, 1999: 218-219). Desmontando otro de los axiomas de la espada y brujería, el monstruo del nigromante logra su misión antes de ser ejecutado por el mismo Conan, quien en ningún momento se mide realmente al hechicero.
El propio Howard alimenta esa percepción cuando la creación monstruosa invocada por Thoth-Amón es derrotada:«Estaba allí arraigado, lúgubre y espantoso, como la sombra de uno de los dioses simiescos que se sientan en cuclillas en los altares sombríos de los oscuros templos de las negras tierras de Estigia» (Fernández, 2012: 98).
La supervivencia transmedia del héroe y el brujo
Tras su suicidio en la primavera de 1936, Howard dejó veinte relatos de Conan el Bárbaro, además de varios incompletos, junto con una novela larga: La hora del Dragón. Se trata de la única ficción escrita por Howard ambientada por completo en tierras de Estigia. Describiendo su sistema político, se muestra que hay una capital, Luxur, si bien corren rumores de que en el interior de la región hay un centro ceremonial que es incluso más importante que el trono (Arsenal, 1999: 93-95). Podemos hacer un paralelismo conla división entre el Alto y el Bajo Egipto en tiempos de los faraones.
Con todo, la supervivencia literaria de Conan parecía garantizada por su éxito en Weird Tales, sumado a la peculiar linealidad cronológica de las aventuras del cimmerio. Aunque se relataba que acabaría como monarca de Aquilonia, las constantes analepsis de Howard permitirían a sus sucesores disponer de muchos huecos que rellenar dentro de la azarosa biografía del aventurero.
Lyon Sprague de Camp fue un estudioso de los trabajos de Howard. Tras el fallecimiento del escritor, tomó el control de su obra, siendo básico para la pervivencia de Conan durante la década de los 50 del pasado siglo, si bien se le ha criticado por la alteración innecesaria de textos originales, así como de tender a la homogeneización de sus creaciones, privándolas de singularidad (Fernández, 2012: 31). Precisamente es en su continuación donde hallamos a la figura de Thoth-Amón ya como indiscutible antagonista de Conan (Barrero, 2011: 62). Un ejemplo lo hallamos en«The Black Stranger», relato inédito de Howard. De Camp modificó elementos del mismo, decidiendo que Thoth-Amón sería el villano del mismo, además de rebautizarlo con el título «El tesoro de Tranicos» (Thomas, 2001: 2). En él, nuevamente se vuelve a incidir en la influencia que ejerce el nigromante sobre Ctesphon(Santos, 1996: 64).
No fue el único caso. Autores como Poul Anderson, Robert Jordan o Harry Turtledove, entre otros, escribieron al cimmerio. En ocasiones, ello provocó el efecto de que se produjesen ciertas incoherencias que han llevado a diferentes estudios sobre la biografía ficticia de Conan y su complejo ordenamiento (Burke, 2000).
Pese a ello, habremos de esperar al desembarco de Conan en otro medio de masas, el cómic, para explicar su creciente popularidad. Roy Thomas, Director Editorial de Marvel, estaba interesado en él. Si bien la compañía estaba orientada al género superheroico, ello no era óbice para que se hiciera asimismo incursiones en géneros como el western, el terror, etc. Una de las cuestiones que Thomas detectó fue el creciente interés del público por explorar a personajes literarios en las viñetas. Junto con John Carter de Marte y Tarzán, Conan era una de las peticiones más recurrentes (Howe, 2013: 155). Acompañado del artista británico Barry Windsor Smith, dieron su versión en 1970.
Thoth Amón tardaría poco en aparecer en la adaptación. Concretamente, en su séptima entrega. El punto de partida era el relato titulado El dios de cuenco(Arsenal, 1999: 204-205). Como en otras narraciones, Howard no dudó en emplear para esta trama elementos propios de otros géneros: en este caso, el detectivesco. Conan sería contratado por un codicioso noble en la ciudad de Numalia para robar el objeto de un museo, encontrándose durante el hurto con un misterioso asesinato. No solamente con la espada, el cimmerio habría de usar una lógica deductiva que es deudora del estilo impuesto por Arthur Conan Doyle (Barrero, 2011: 95). Howard imprime unos diálogos endurecidos y coloquiales, pudiendo compararse con autores como Dashiell Hammet (Knight, 1984: 117-134).
El elemento terrorífico del relato de Howard es propiamente lovecraftiano. Se trata de un monstruo encerrado en un gran cuenco; aparentemente, un presente enviado desde Estigia al gran sacerdote del dios Ibis, el sabio Karanthes. Desafortunadamente para los presentes esa noche en el museo, se revelará que en su interior hay una criatura asesina con cabeza humana y cuerpo de serpiente.
Como en otras ocasiones, se trataba de una de las narraciones no publicadas y modificadas por L. Sprague de Camp (Thomas, 1998: 13-14). La cantidad de diálogos ostensiblemente superior al de otros relatos del bárbaro, primando menos la acción hasta el momento en que Conan logra decapitar al monstruo. Mediante una epifanía, el protagonista vislumbra la mano de Thoth-Amón en el incidente.
Pese a ser bastante fieles al original, incluyendo la impactante visión que Conan tenía del hechicero estigio, el cómic muestra alteraciones significativas. Aztrias, el noble que contrataba a Conan, se convertía en una arruinada aristócrata.Para la visión, Barry Windsor Smith decidió emplear un elemento que acrecentase el misterio alrededor del brujo estigio, el cual aparecería con dos cuernos que el público no sabría si eran un ornamento o surgían directamente de su cráneo (Thomas, 1998:13-14). Premeditadamente o de forma involuntaria, el ilustrador británico brinda aquí otra referencia a un episodio del antiguo Egipto. Concretamente, a la visita de Alejandro Magno al oráculo de Siwa.
Saludado por los egipcios como un liberador de la opresión persa, el conquistador macedonio fue reconocido en su vista como hijo del dios Amón, simbólicamente asociado al carnero. Especialistas han subrayado la presencia en la numismática de Alejandro con esos dos cuernos, de una forma muy semejante a como el atribulado Conan los percibe en el misterioso brujo (Renault, 2004: 11-32).
Pese a que especialistas en la literatura de Howard como el propio Thomas han sostenido que Thoth-Amón no estaba en la mente del escritor como némesis, esta narración de un Conan juvenil ya revela las raíces de una rivalidad a explorar (Santos, 1996: 16).
El único inconveniente de los cómics de Conan era la censura de aquella época (Nyberg, 1998). Las tramas más adultas se reservaron al espacio de Savage Tales, algo que se terminó traduciendo en una segunda colección, La espada salvaje de Conan (Calderón, 2008: 12) a partir de 1974 (Arsenal, 1999: 116).
Sea como fuere, Thomas seguía centrando sus principales esfuerzos en la colección principal. Tras la marcha de Barry Windsor Smith, logró formar un equipo estable con el dibujante John Buscema, coincidiendo con una etapa más madura de Conan. Una de las sagas que más popularidad brindaron al personaje en los cómics fue la recreación en las viñetas de las aventuras conjuntas del protagonista con Bêlit. Creada por Robert E. Howard para el relato La reina de la Costa Negra, publicado originalmente por Weird Tales en 1934, Bêlit es una líder pirata de una compañía de corsarios negros que asolan los mares(Fernández, 2012: 23-30). Recuerda a otra protagonista de Howard, Red Sonya de Rogatina, descrita en La Sombra del Buitre, un relato ambientado en la Viena asediada del siglo XVI. Marvel consiguió trasladar al personaje al cómic con el nombre de Red Sonja (Calderón, 2008: 144-215).
Diferentes estudios críticos, especialmente atendiendo a las portadas de las revistas pulp de aquel tiempo, han subrayado la cosificación de los personajes femeninos en las mismas. No obstante, el tratamiento de Bêlit dista mucho de cumplir estereotipos sexistas, puesto que Conan no titubea en aceptar su liderazgo y convertirse en un devoto luchador por su causa (Fernández, 2012: 54-60). Roy Thomas prestó especial atención a la obra A Short OutlineofConan´sCareer, publicada en 1936, una propuesta cronológica del héroe cimmerio de P. Schuyler Miller y John D. Clark,quienes consideraban que su estancia con la reina pirata se prolongó tres años(Thomas, 2001b: 2).
Conforme se adentran más en las aguas estigias, el equipo creativo aprovecha la oportunidad para incluir una escena onírica que recupere a la figura de Thoth-Amón. Hacemos referencia a Conan the Barbarian#74, publicado en mayo de 1977, donde el cimmerio es visitado por el brujo. A través de visiones aterradoras, Thoth-Amón le advierte de cesar la búsqueda que ha emprendido con Bêlit para rescatar al padre de su amante, prisionero del rey Ctesphon. Acompañando sus avisos, rostros anónimos, al estilo de los coros en las antiguas tragedias helenas, avisan a Conan de evitar poner los pies en Luxur. «Cuando duermo, no tengo sueños» es una frase que recurrentemente emplea Thomas para su protagonista, alguien apegado a la realidad. Por el contrario, Howard se sentía fascinado por ese marco onírico que tanto influenció la literatura de Lovecraft, defensor de su poder premonitorio y la magia verbal con sugerentes paisajes que se podían evocar en ese plano mental (Molina Foix, 2011:38-42).
Debemos recordar que en El fénix en la espada esa conexión ya estaba presente. Conan, antes de la irrupción de los conjurados de Ascalante, recibe la aparición de Epemitreus, un sabio fallecido más de mil años atrás.
«Tu destino y el de Aquilonia son uno. Acontecimientos colosales toman forma en la red y las entrañas del Destino, y un brujo sediento de sangre no se interpondrá en el camino del sino imperial. En otras eras, Set se enroscaba alrededor del mundo como una pitón alrededor de su presa. Durante toda mi vida, que fue como la vida de tres hombres corrientes, peleé contra él. Lo conduje a las sombras del misterioso sur, pero en Estigia los hombres aún adoran a quien es para nosotros el archidemonio. Del mismo modo que luché contra Set, lucho contra sus aduladores y sus devotos y sus acólitos. Tiende tu espada» (Fernández, 2012: 85)
Esta especie de misticismo mecanicista era frecuente en la obra de Howard, quien llegó a desarrollar la sensación que algunos de sus relatos venían de inspiraciones de personajes del pasado. Pese a compartir su entusiasmo por el mundo de las ensoñaciones, Lovecraft fue bastante más escéptico que otros colegas ante esta idea que llegó a ser obsesiva en el escritor (Sprague de Camp, 2005: 167), juzgándolas simple autoconvencimiento (Fernández, 2012: 22-23).
El sueño con el sabio Epemitreus responde a los esquemas de la alta fantasía. Un mago benevolente utiliza la fuerza del guerrero para frenar al mal, de un modo similar al que hallamos en el Gandalf de Tolkien.
Roy Thomasrecurre asimismo al vínculo onírico. Aprovecha el lapso temporal de esos años no narrados en La reina de la Costa Negra para insertar al hechicero que porta el Anillo de Set.Tras numerosas peripecias por territorio estigio, Conan y Bêlit conocerán aNeftha, una enigmática esclava que les ayuda a introducirse en los recónditos secretos del palacio de la capital,Luxur. Se revelará al final de esta saga que la presunta esclava es, en realidad, la hermana del monarca Ctesphon, un dirigente débil y títere de sus consejeros, receloso de las capacidades mostradas por su hermana mayor. El paralelismo de Neftha con la célebre Cleopatra es evidente, especialmente en su condición de exiliada que regresa de forma espectacular.
Neftha logrará sus propósitos de venganza antes de lo esperado incluso, puesto que las refriegas encabezadas por Bêlit y Conanconllevan la muerte de Ctesphon. Con habilidad y traicionando a sus antiguos compañeros de aventuras, Nefthase proclama Ctesphon III al ser la única superviviente de la línea dinástica y ordena su captura. Nuevamente, hay reminiscencias de la política egipcia. Cuando César derrotó a las tropas de Ptolomeo XIII, rival por el trono de Cleopatra, potenció el nuevo matrimonio de su amante con Ptolomeo XIV, un hermano menor y manipulable, puesto que la tradición de los faraones excluía el gobierno en solitario de reinas (Goldsworthy, 2011: 202-203).
Conan the Barbarian#89 sirve al equipo recreativo para reintroducir al brujo estigio Thoth-Amón de una forma impactante. El dibujo de John Buscema le muestra recién retornado de su voluntario exilio, destrozando con un simple gesto las poderosas puertas de acceso a la sala de audiencias. A diferencia de otras viñetas de la época, no hay ningún efecto sonoro, mostrando magia en estado puro (Calderón, 2004: 80-82).
Thomas se muestra respetuoso con la cronología de Howard, puesto que Thoth-Amón y Conan jamás interactúan durante su estancia simultánea en Luxur. El primero está consagrado a la misión de venganza de Bêlit;por su lado, el nigromante quiere impresionar a su nueva soberana, quien puede elevarle por encima del resto de sus adversarios. Delega en sus criaturas y conjuros la eliminación del bárbaro y sus aliados, sin que medie ningún sentimiento personal (Thomas, 2001: 2).
«Un bárbaro ignorante que capitanea corsarios negros» (Thomas, 2001: 2) es la opinión del hechicero cuando la nueva reina quiere descubrir su vínculo con el cimmerio. No obstante, cabe la duda razonable de que esté mintiendo. De los labios del propio Conan, Neftha sabe de la pesadilla con el hechicero. Thoth-Amón admite que ciertas ventanas al futuro se le abren en ocasiones. ¿Pretende Thomasdar a entender que conoce el papel que está llamado a jugar quien será rey de Aquilonia en su destrucción y está intentando alejarle?
En 1976, dentro de un ambicioso crossover con otras colecciones como la de Red Sonja, incluyendo también aKull, las principales creaciones bárbaras de Howard se miden y colaboran durante una serie de cómics donde el principal villano, el sacerdote estigio Gonar, se revela como un acólito de Thoth-Amón, quien le abandona a su suerte tras descubrir que su discípulo ha intentado usar en solitario el poderoso Libro de Skelos (Calderón, 2004: 73-74). Las fuerzas del bien son apoyadas por Karanthes, el mago benigno a quien el estigio ha intentado asesinar en el pasado. Con mucha libertad, Thomas conecta su historia con la novela Conan el bucanero, escrita por Sprague de Camp y Lin Carter, donde Thoth Amón es uno de los principales antagonistas(Santos, 1996: 35). Posteriormente, en agosto de 1979, Thomas hace una versión en cómic de la novela paraLa espada salvaje de Conan el bárbaro.
En esta ocasión, se produce un cambio en la dinámica que hasta ese momento se había dado en los medios donde aparecía Conan. Si los cómics Marvel se nutrían del universo creado por Howard, ahora uno de sus sucesores, Poul Anderson, publica Conan the Rebel(1980) influenciado por los Conan y Bêlit de Thomas, en una provincia estigia dominada por miembros del Anillo Negro (Santos, 1996: 22).
Ante las buenas ventas, Roy Thomas y John Buscema inician una nueva colección, King Conan, cuyo primero número se publica en marzo de 1980 colección donde explorarían sus días en el trono aquilonio (Calderón, 2008: 12). En sus páginas, Thoth-Amón sí se encuentra personalmente ante su némesis. Así, en el primer número, el joven Conn, hijo del héroe, es capturado mientras caza en el bosque por Louhi de Hyperbórea, líder de una organización mágica llamada la Mano Blanca. Louhi responde a otra figura frecuente en la literatura de Howard, la bruja. Según confesó al propio Lovecraft en su correspondencia, durante su estancia en la texana Bagwell fue la de una anciana mujer en las afueras que tenía fama de usar pociones (Sprague de Camp, 2005: 70). A pesar de ser consciente de la trampa, Conan acepta ir al encuentro fijado en una fortaleza donde se encontrará con un cónclave de conspiradores, encabezado por Thoth-Amón.
Frente a un Conan que ronda la sesentena, un envejecido Thoth-Amón intenta emplear su hechicería e inteligencia para urdir varios ataques simultáneos que acaben con Aquilonia. A diferencia de las aventuras juveniles, aquí ambas fuerzas se odian de una manera personal. En un recurso narrativo interesante,el príncipe Conn reconoce sin problemas al estigio:
«Conn, entretanto, mira con impotente fascinación… mientras el humo comienza a formar remolinas… como tomando forma. Porque la nieve de humo adquiere la forma de un hombre alto, siniestro, con ropas occidentales… ¡y de repente Conn se da cuenta de que ha oído a su padre describir esos rasgos con todo detalle! Ahora el miedo se apodera de Conn… porque sabe que está en las garras del mago más poderoso y maligno de la Tierra… ¡el brujo estigio que ha jurado hace tiempo que llevaría a Conan a una muerte terrible y que destruiría Aquilonia!» (Thomas, 1984: 26)
Thoth Amón se une a otros grupos mágicos como los orientales del Círculo Escarlata, quienes veneran a Set con el nombre de Damballah. Conan y su hijo ya no son aventureros en solitario, dirigen ejércitos de una forma similar a cómo lo hacen líderes de la alta fantasía como Aragorn o Jon Nieve.
Se trata de una aventura fantástica donde Conan y Conn no dudan en emplear objetos mágicos o recibir la ayuda de místicos como el druida Diviatix, quien dará un arma clave para que Conn auxilie a su progenitor en su hora de mayor necesidad.
En una playa conocida como el Fin del Mundo, Conan y Thoth-Amón terminan dirimiendo sus antiguas rencillas en un duelo que se disputa tanto en el plano físico como espiritual. No caben dudas aquí de la inspiración detrás de este desenlace: The Strand Magazine publicó en diciembre de 1893 El problema final, un intento de cierre de las aventuras de Sherlock Holmes por parte de Conan Doyle, quien narró el último duelo en las cataratas de Reichenbach del detective contra su némesis, el profesor Moriarty (Smith, 2015: 100-101). El enfrentamiento parece que va a abocar a ambos personajes a la destrucción, pero la intervención de Connsalva a su progenitor con la espada de Diviatix (Calderón, 2004: 253-256).
Indudablemente, Thomas sigue aquí el camino ya iniciado en las novelas de Conan de L. Sprague de Camp y Lin Carter, donde Thoth-Amón es el eje vertebrador de las revueltas que se suceden por las fronteras de los dominios de Aquilonia. En dichos textos, hay un matiz interesante. En confidencias a su hijo Conn, Conan muestra un inusitado respeto por el hechicero estigio desaparecido, quien, además, provoca un efecto colateral indeseado: una raza pre-humana de los yermos, contenida por la magia del estigio, vuelve a alzarse tras su desaparición(Santos, 1996: 43-44).
Atendiendo a las ideas originales de Howard, son varios los paralelismos históricos que encontramos a ese respecto. Enfrentados durante años, Atila, caudillo de los hunos, y el general romano Flavio Aecio marcaron con sus muertes las futuras decadencias de sus pueblos (Hughes, 2020). El Bajo Imperio Occidental fue una fuente constante de inspiración para Howard. Si Thoth-Amón marca el final de la élite mágica del Círculo Negro estigio, Aquilonia seguirá siendo poderosa tras la marcha de Conan, pero irá paulatinamente debilitándosehasta recibir el golpe de gracia de la mano de Gorm, otro jefe bárbaro, en este caso inspirado en elcaudillo mongol, Gengis Khan (Arsenal, 1999: 71).
Espada y brujería en la gran pantalla: ausencia y referencias
Conan el Bárbaro, dirigida por John Milius en 1982, se convirtió en uno de los grandes hitos de la fantasía heroica llevada al celuloide. El film no solamente asoció la imagen del héroe de Howard al intérprete Arnold Schwarzenegger, también sirvió para aumentar su repercusión global. Asimismo, el argumento firmado por Oliver Stone y el propio Milius tomaba licencias del original (Arsenal, 1999: 167-177).
Lejos de ser un aventurero y explorador, el Conan para la gran pantalla tiene una misión clara: vengar la muerte de su familia y aldea, ejecutados de forma despiada por las tropas de ThulsaDoom, un poderoso líder estigio. De esclavo, el bárbaro prospera como gladiador y ladrón.
Especialmente sugestivos son los elementos relativos a Estigia, cuyo culto a Set se encuentra en auge durante esta aventura, destacando las dos serpientes enfrentadas alrededor de un sol oscuro (Arsenal, 1999: 177). Thulsa Doom era un villano recurrente de Kull. Con todo, muestra semejanzas con Thoth Amón, pues cuando se reencuentra con Conan, ejerce como líder de un culto que se extiende. Último superviviente de los hombres serpiente, Doom atrae a la joven aristocracia de todos los rincones de Hiboria para un comportamiento epicúreo y religiosamente fanatizado, prometiendo un paraíso en la tierra a cambio de fidelidad. Este grupo tiene raíz histórica en la secta medieval de los Hassassins, siendo Thulsa Doom el equivalente a la figura de El Viejo de la Montaña y su torre-refugio una especie de fortaleza de Alamut (Barrero, 2011: 217).
Paradójicamente, el auge en popularidad del personaje de Conan tras su primer largometraje llevó a una progresiva estandarización del mismo para hacerlo apto para todos los públicos. Conan, el destructor (1984), dirigida por Richard Fleischer, suavizó la visceralidad de la anterior entrega(Sánchez Arrate, 1999: 178-180).
La espada salvaje de Conan vuelve a reunir al tándem creativo formado por Roy Thomas y John Buscema en 1992 para una saga especial que recoge la influencia cinematográfica. Viajando por mares desconocidos, Conan y sus aliados tratan de evitar que los acólitos de ThulsaDoom logren resucitarle. Por sus propios objetivos y mostrando un poder que había explotado hasta ese momento, la posesión de otros seres, Thoth-Amón intentará aprovechar la ocasión en su beneficio.
Se iba produciendo la paradoja de que el Conan que presentaba Marvel se iba asemejando cada vez más a modelos de antihéroes taciturnos y violentos como El Castigador o Lobezno, cuya importancia iría en ascenso durante la década de los 90 del pasado siglo. Esa falta de personalidad propia iría repercutiendo en sus cifras de ventas.
De cualquier forma, su persistencia en el imaginario popular, si bien desvirtuada, se mantendría de forma bastante intacta. La cadena CBS estrenó en 1992 la serie animada Conan The Adventurer, una versión infantilizada de las narraciones de Howard, pero que gozaría de su propio spin-off: Conan and the Young Warriors (1994). Si bien su secuela se alejó bastante de la esencia de la fantasía heroica,el programa original, cuyas principales líneas argumentales fueron trazadas por la escritora Christy Marx(Barrero, 2011: 250-256), tiene elementos dignos de análisis que, nuevamente, cimentaron la percepción del vínculo del cimmerio con Estigia.
A lo largo de cincuenta y dos capítulos, pese a vivir otras aventuras durante el proceso, este Conan juvenil tiene el propósito de liberar a su familia del sortilegio de Wrath-Amón, el principal acólito de Set, quien acude a Cimmeria con la determinación de incautar un acero muy especial que dicho pueblo guarda, procedente de una lluvia estelar.
Más allá del efecto sonoro de su nombre y portar el Anillo Negro, fuente de su poder y clara reminiscencia al personaje de Thoth-Amón, las diferencias entre ambos antagonistas son notables. Mientras que el segundo es un estadista, Wrath-Amón es una presencia mucho más directa que tiene varios enfrenamientos físicos contra Conan. De cualquier modo, la segunda y última temporada del show revelan una conexión importante entre los dos: «El nacimiento de Wrath-Amón» narra la forma en la que el portador del Anillo Negro consiguió el fabuloso objeto. La forma de hacerlo enlaza perfectamente con el parlamento inicial de Thoth-Amón que hemos empleado en este artículo. La gran diferencia es que, en la serie animada, es Wrath-Amón quien se benefició del hurto, aprovechando un descuido de su maestro, Ram-Amón.
El libro de Thoth
La cancelación de los títulos protagonizados por Conan en cómics llevó incluso a editoriales europeos a pujar por ellos. Tras varias fórmulas fallidas, fue la editorial Dark Horse la que logró hacerse con los derechos, proyectando hacer un rebootdel personaje de Howard de una forma cronológica y ordenada (Calderón, 2008: 14-17). El guionista Kurt Busiekse encargaría de diseñar las primeras adaptaciones, acompañado del dibujante Cary Nord.
Igual que otros autores como J. R. Tolkien, Howard buscaba usar supuestos fragmentos de documentos ambientados en épocas remotas que habían sobrevivido hasta nuestros días. Busiek decidiría emplear en especial los pasajes de Las crónicas nemedias, un paratexto sobre la irrupción de Conan:
«Sabe, oh, príncipe, que entre el periodo en que los océanos se tragaron la Atlántida y las ciudades relucientes y el surgimiento de los hijos de Arias hubo una era inimaginable, de reinos brillantes que se extendían sobre el mundo como mantos azules bajo las estrellas: Nemedia, Ofir, Britunia, Hiperbórea, Zamora, con sus mujeres de cabellos oscuros y el misterio de sus torres de embrujos arácnidos, Zíngara y sus caballerías, Koth, que lindaba con las tierras pastoriles de Shem, Estigia, con sus tumbas guardadas por sombras, Hirkania, cuyos jinetes lucían aceros y seda y oro. Pero el reino más imponente del mundo era Aquilonia, dominador supremo del occidente de ensueño. Y allí Conan, el cimmerio, pelo negro, hosca mirada, espada en mano, un ladrón, un saqueador, un asesino, de gigantescas melancolías y júbilos gigantescos, para pisotear con sus sandalias los tronos enjoyados de la Tierra» (Fernández, 2012: 67)
En un juego metaficcional, los cómics de DarkHorse comienzan con el descubrimiento de las crónicas por parte de un príncipe. Un inteligente visir que le acompaña deberá ir traduciendo los acontecimientos al interesado joven, si bien el narrador también busca alterar algunos hechos para conectarlos a su presente y sacar provecho. Con estas bases argumentales, se advierte sobre el problema de abordar al héroe cimmerio, tan plagado de heterogéneas interpretaciones (Fernández, 2012: 365).
El dios del cuenco tarda poco en volver a ser versionado en las viñetas. En este caso, incluso de una forma más escrupulosa con el texto original si lo comparamos con la de Roy Thomas(Calderón, 2008: 24-25).Otra diferencia con respecto a los primeros cómics Marvella encontramos en el hecho de que Busiek no duda en emplear con frecuencia al hechicero estigio, incluso en la época más juvenil del héroe. De hecho, utiliza los vacíos entre los relatos originales para ahondar en la rivalidad mantenida por Caranthes con Thoth-Amón, incluyendo la contratación de Conan como guardaespaldas para distintas misiones, incluyendo la búsqueda de joyas mágicas que tema puedan caer en las garras del dueño del Anillo Negro (Calderón, 2008: 26).
DarkHorse reserva incluso una aparición camuflada del mismísimo Robert E. Howard, quien tiene a su alter ego en la Era Hiboria de la mano del joven Rovann, un soñador muchacho que protege heroicamente las minas de Aquilonia de los ataques de las creaciones monstruosas de Thoth-Amón(Calderón, 2008: 37).
Kurt Busiek no se limita a reservarle un papel destacado dentro del elenco de villanos de la serie. A finales de 2006, DarkHorse publica El Libro de Thoth, una miniserie de cuatro números donde el guionista escribe conjuntamente con Len Wein el origen del famoso hechicero, contando con las ilustraciones de Kelley Jones. Por primera vez, uno de los personajes secundarios originales de Howard tiene untítulo propio donde Conan ni siquiera aparece (Calderón, 2008: 46-47).
La estructura argumental desmonta varios de los axiomas del clásico relato de espada y brujería. Rara vez se dedica espacio de la trama a explicar las motivaciones tras las ansías de poder de los antagonistas. En las bulliciosas calles de Memphia, clara referencia a la Menfis del antiguo Egipto, un joven llamado Thoth es maltratado con frecuencia por su padre, además de otros ladrones de su empobrecido barrio. Sus únicos consuelos afectivos son su hermana pequeña y un amigo de su edad llamado Amón.
Kelley Jones aprovecha este viaje al pasado para mostrar una Estigia bien diferente a la imagen estereotipada que, en ocasiones, los sucesores de Howard, y el propio escritor, habían perpetuado. Se trata de un reino con graves desequilibrios sociales, pero también de floreciente comercio y con el benevolente culto a Ibis, habiendo sido rechazada popularmente la idolatría al salvaje Set. Durante una de sus comparecencias ante el pueblo, se produce un intento de asesinato contra Kharantus, sumo sacerdote del culto, el cual es evitado bravamente por Amón. Agradecido, el dirigente le solicita a su salvador que se presente en su templo al día siguiente para ser recompensado.
Con claras reminiscencias a la historia bíblica de Caín y Abel, el excitado joven comenta a Thoth su buena fortuna. Aprovechando que le da la espalda, el envidioso amigo le asesina con una piedra. Al amanecer, se presenta puntual al tutelaje de Kharantus. Aunque en un principio vacila, el sumo sacerdote termina creyendo reconocerle. Es un reflejo de una estructura social piramidal, donde los famélicos muchachos de la calle apenas tienen rasgos para distinguirse entre sí. En otra analogía con el protocolo egipcio, Amón jamás mira a los ojos directamente a Karanthus por su diferente estatus.
El libro de Thoth narra los progresos en el estudio y búsqueda del conocimiento de su futura némesis, quien pronto exhibe unas excelentes capacidades intelectuales entre los futuros sacerdotes de Ibis. Como fuere, ese ascenso no le basta y comienza a consultar libros prohibidos, aproximándose al antiguo credo de Set.
La historia reescribe estereotipos. Es una tendencia reciente en algunas de las sagas literarias fantásticas más exitosas de las últimas décadas. Así, Lord Voldemort, el villano en el universo mágico de Harry Potter, responde a muchas de las figuras clásicas de nigromantes que han poblado esta clase de novelas; sin embargo, los flashbacks de su pasado como el joven y prometedor estudiante Tom Riddle han tenido un peso destacado, permitiendo explorar facetas y motivaciones que parecían vedadas para estos hechiceros (Villa, 2017: 133-144).
Thoth-Amón muestra habilidad en las maquinaciones. Llega a desbancar a su maestro al incriminarlo con falsas pruebas, lo cual desembocará en su futura rivalidad con el hijo de mismo, Kalanthes; oportunidad para conectar, finalmente, aquella enemistad que llevaba a regalos tan mortíferos como el deEl dios del cuenco. Su protagonista manipula al pueblo estigio para que reactiven el culto a Set, perdiéndose la fe en un Ibis que no supo salvar a sus sacerdotes. Asimismo, el nigromante logra una posición privilegiada, usando sus sortilegios y monstruos para despejar la línea dinástica hasta un remoto e indolente pariente regio de Luxur: Ctesphon (Calderón, 2008: 46-47).
Conclusiones
El hechicero es un tópico de la fantasía heroica que puede terminar derivando en personajes encorsetados. Sin embargo, cuando las narraciones de ese tipo logran incorporar al mismo elementos de otros géneros, sus resultados permiten nuevas líneas a explorar. Fuera de forma premeditada o involuntaria, Howard dio a Thoth-Amín atributos singulares que abrían horizontes de posibilidades para sus sucesores. El terror lovecraftiano y la fascinación por la Antigüedad enriquecían el bagaje de un personaje que, tras fluctuantes etapas de olvido y renacimiento, parece haber recuperado su puesto como indiscutible némesis de un personaje con la popularidad de Conan.
La fascinación por la obra y personajes de Robert E. Howard sigue propiciando nuevas generaciones lectoras de la Era Hiboria, además de ensayos de especialistas (Schweitzer 2010). Aportaciones como la hallada en El libro de Thoth brindan un giro el tratamiento de las figuras antagónicas de este género, permitiendo nuevas lecturas.
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