El Jidai-geki o “drama de época” es un género tan popular en Japón, que se encuentra presente en el teatro, el cine, la televisión y los videojuegos. Es de aquí mismo de donde surge el Ken-geki como un subgénero; el cine de espadas que centra su atención en la acción y los movimientos de la espada, adoptando las aventuras de los Bushi, más conocidos por todo el mundo como Samurai.
El Ken-geki es llamado popularmente Chanbara o Chambara, dado a que se enfoca más en la épica de samurais y la aventura, que en lo histórico, muy similar a lo que hacen las obras del subgénero de aventuras de Capa y Espada, en occidente.
Ubicadas en su gran mayoría durante el Período Tokugawa—es decir el Japón Feudal—las historias del género chambara tienen como protagonistas a los samurai, los ronin, los shinobi y —¿por qué no?—a las onna bugeishas, o “mujeres samurai”.
Pero esta épica nipona deja bien en claro, que además puede permitirse elementos y seres fantásticos—si así lo quiere—como bien podrían ser los yokai, los kamis y los onnis, todos ellos seres del folclor japonés. Incluso hasta podríamos tener historias con los Onmyōjis, los muy poco conocidos hechiceros japoneses.
Y por supuesto, hablando de más allá de Akira Kurosawa y del cine japonés, enfocándonos en la literatura, que es de lo que se trata esta entrada, no puedo dejar de hacer referencia a obras como “Oni” de Sergio Vega y “Lobo contra Perro” de Raquel Mayorga, así como otras más del catálogo de la editorial Ronin Literario
¿Qué otras obras literarias de Chambara conoces?
Mención aparte se llevaría el blog de “La Sombra de Kitsune” que con su “katana y brujería” lleva a la Sword & Sorcery a recorrer los mitos y las costumbres niponas. Dicho sea de paso, para mí eso sería chambara, más fantástico si se quiere y de tener una etiqueta preferiría llamarlo “Katana to Onmyōdō” pero como decía Michael Ende:
Esa es otra historia y deberá ser contada en otra ocasión.
Sayonara
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